El temporal de intenso frío también podría dañar tu móvil
30/11/2021
Aunque todo el mundo tiene bastante claro que debido al calor (bien porque sea verano o por sobrecalentamiento por un uso intensivo) los móviles pueden comenzar a fallar y es aconsejable dejarlos reposar un rato, lo cierto es que el frío intenso también puede afectarles de modo importante, especialmente a nivel de la batería, la pantalla y los sensores.
- BATERÍA: las baterías actuales utilizan iones de litio que producen la energía necesaria para el funcionamiento del aparato mediante un proceso químico que se ralentiza si hace demasiado frío.
La explicación es que los iones de litio se mueven del electrodo negativo al positivo y viceversa y, mientras tanto, van cargando el dispositivo. Pero cuando bajan las temperaturas, esa circulación se ralentiza, produce menos energía y el aparato responde mucho más despacio.
De esta manera, una temperatura muy fría puede hacer la batería se descargue o que para proteger a este componente, el móvil se apague, aunque el frío solo afecta a su funcionamiento de manera temporal. Cuando el ambiente no sea tan gélido, el dispositivo volverá a encenderse, cargar y recuperar la normalidad, aunque lo recomendable será esperar a que la temperatura se encuentre dentro del rango óptimo para el teléfono.
Este rango óptimo de temperatura depende de la marca y modelo concreto, aunque podemos aportar un par de ejemplos:
- Samsung recomienda para sus modelos Galaxy que se mantengan entre 0 y 35 grados.
- Apple, por su parte, también señala que el iPhone está diseñado para funcionar entre los 0 y los 35 grados, pero la temperatura que considera ideal es la horquilla entre los 16 y los 22.
- El fabricante Oppo no marca un máximo y mínimo de temperatura, aunque sí indica que la «zona de confort ideal» para las baterías de sus dispositivos está entre los 16 y 25 grados y que a temperaturas más bajas «puede aumentar la resistencia interna, lo que ocasiona una carga más lenta y, por tanto, más larga» –también dura menos tiempo–.
- PANTALLA: las pantallas están formadas por cristales líquidos, de manera que con el frío responden peor cuando las tocamos con los dedos. Las temperaturas frías extremas, de hecho, pueden llegar incluso a romper la pantalla del teléfono.
Utilizar frecuentemente el móvil cuando la temperatura es demasiado baja también puede producir la rotura de la pantalla por estrés térmico ante la diferencia de temperatura entre el frío ambiental y el bolsillo, donde hace más calor. Esto también podría ocurrir en el momento de salir al exterior de un local en el que hiciera calor.
Entonces, ¿qué podemos hacer para que el teléfono móvil resista al duro invierno?
- Apagarlo cuando la temperatura sea demasiado baja: con 15ºC o menos ya puede empezar a haber problemas. En estos casos, es recomendable llevar el terminal en el bolsillo, en el bolso o de modo que esté protegido. Si el termómetro se acerca a cero, es preferible desconectar el terminal antes de que se apague o se descargue.
- No dejarlo en el coche: si no está encendida la calefacción del coche, puede ser arriesgado dejar el móvil allí en los días más fríos.
- Utilizar auriculares con manos libres: de esta manera no hay necesidad de sacar y guardar el teléfono, evitando así cambios bruscos de temperatura.
- Utilizar un estuche térmico: existen fundas térmicas que sirven para mantener el teléfono a una temperatura que le permita funcionar utilizando una batería externa que hay que comprar aparte. Los fabricantes de dichos estuches afirman que cuando la temperatura en el exterior es de menos de veinte, el interior de la bolsa, sin embargo, se mantiene a 25 grados. De todos modos llevarlo en una funda aislante, la que sea, ya es una protección importante.
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